sexta-feira, 10 de outubro de 2014

Dios es AMOR

Dios es AMOR.
Dios no sólo ama sino que Él mismo es la personificación del amor. Por amor nos creó y por amor nos salvó en la Cruz del calvario. Nos amó antes de crearnos, es decir, antes incluso de que cayéramos como humanidad, antes de que pecáramos... Dios ama a todo el mundo, vino a la Tierra para salva a TODOS. La prueba son las palabras del Hijo de Dios en Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (negrita mia)

La mujer samaritana es otra prueba del amor de Dios por todas las personas de este mundo. Jesús se acercó a ella, y le pidió agua. ¡Un hombre hablando con una mujer, un judío hablando con una samaritana! Dos cosas totalmente prohibidas en esa sociedad. Pero Jesús lo hizo, Jesús rompió las estúpidas leyes impuestas por los hombres. Jesús mostró que la conocía y que aun conociendo todos sus pecados, la amaba y le daba la oportunidad de beber del verdadero agua, Él mismo. Y esa mujer samaritana dio testimonio de Jesús, yendo hacia su aldea para decirle a la gente que Él era el Mesías. El valor de esta mujer me emociona y reta. Lo que Jesús hizo fue una locura, pero lo que ella hizo también. Y lo hizo por fe. Esa fe que mueve montañas.

Jesús bajó a los infiernos después de morir. Estuvo tres días en oscuridad. Y en esa oscuridad él era la luz. Juan 5:25-30 nos habla de lo que haría Jesús después de morir. Los muertos escucharían su voz y vivirían; el versículo 28 habla de que todos los muertos escucharán en sus sepulturas la voz del Hijo de Dios y se levantarán para vida eterna los que hayan practicado el bien. No sé si s refiere a practicar el bien después de morir, es decir, el bien practicado sería aceptar a Jesús, pero la cosa es que los muertos antes de que Jesús muriera, escucharían Su voz y los que le aceptaran como Señor y Salvador serían salvado. Punto. Esa es la cuestión. Si Dios amó a los que ya habían muerto en sus pecados, dándoles la oportunidad de salvarse, ¿cómo iba Dios a odiar a nadie? La ira de Dios es santa y pura, y no tiene nada que ver con nuestra ira. Firmemente creo que Dios ama a todas las personas. Dice que Dios nos amó cuando todavía éramos pecadores. 1 Juan 4:9-10: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados." Y 19: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero." Dios nos amó y por eso nos envió a Su Hijo: nos amó ANTES de enviar la salvación. Dios no nos ama por lo que podamos hacer o ser: leer la biblia, orar, arrepentirnos y pedir perdón por nuestros pecados, ser iglesia —más que ir a la iglesia— son fundamentales para conocer a Dios, estar más cerca de Él, ser las personas que Él quiere que seamos, para estar en comunión con Él y otros, pero NADA DE ESO NOS SALVA. Sólo la sangre del Cordero puede salvar. Punto. Pero sólo nos daremos cuenta de cuánto Le necesitamos cuando veamos que necesitamos redención de nuestro pecado. Para volvernos a Dios, tenemos que dar la espalda al pecado, y eso es lo que significa el arrepentimiento genuino.

El infierno es real, pero lo peor del infierno no es fuego, las lágrimas y el dolor. Lo peor del infierno es la eterna separación de ese Dios que es amor y salvación. Lo peor del infierno es que Dios no está presente.
Pero antes de predicar sobre el infierno, hay que predicar la esperanza, esperanza otorgada a todo el que la quiera recibir. Al igual que la salvación y la vida eterna al lado de Jesús. Esa es nuestra esperanza.

II Tesalonicenses 2:15-17: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.


sábado, 21 de dezembro de 2013

Un bebé nos salvó

Todo empezó aquella cálida noche de verano, la más bella noche de todos los tiempos. Las estrellas brillaban más allá en lo lejos, pero una estrella era diferente: lucía más que las otras. Durante meses, unos hombres llenos de esperanza eran guiados por esa estrella. Esa noche era la noche en que la profecía anunciada en los libros sagrados se cumplía. Las palabras que habían sido proclamadas siglos antes se hacían realidad. De vez en cuando los hombres se miraban y se sonreían. Habían esperado por esa noche durante años; de hecho, durante milenios todo un pueblo había soñado con ese momento. Un salvador les había sido prometido en las antiguas escrituras y en breves momentos verían con sus propios ojos al que un día reinaría sobre todo y todos para siempre, destruyendo completamente la injustica y el mal del mundo. Ese salvador, el Rey de reyes, reinaría con bondad y justicia Cada uno de esos hombres le llevaba un regalo y cada regalo, la mirra, el incienso, y el oro, era un acto de adoración.

Mucho antes de la llegada de estos visitantes, José, el padre adoptivo del tan esperado bebé, buscaba en Belén un lugar donde María pudiese dar a luz, pero no encontraba nada, todas las posadas estaban llenas. Mientras buscaban, esta joven madre no paraba de pensar y recordar el día en que el ángel Gabriel le anunció que ella, por obra del Espíritu Santo, daría a luz al Hijo de Dios y que ese Hijo sería el Salvador del mundo, el anunciado Mesías de los judíos. Tocaba su tripa y no terminaba de entender el milagro que llevaba en su vientre. Pero su bebé estaba a punto de nacer. Con dolores de parto, terminaron en un establo, el único sitio libre que había esa noche. Así fue como el Creador de todo entró en el mundo que creó, la persona más rica del universo nació en el lugar más humilde, el dueño de todo se hizo pobre para mostrar y dar la verdadera riqueza al mundo: su propia persona. Este bebé ya tenía nombre incluso antes de ser engendrado: Jesús. Y este nombre reflejaba todo lo que él era: la ayuda y salvación de Dios para los hombres.

¿Qué hay que sea más débil que un bebé? ¿Hay algo más frágil que el ser humano? Ironía de las ironías, el fuerte e inmortal Dios del universo se hacía carne mortal para salvar a Su creación.
Esta es la noche de todos los tiempos, esta es la noche en que la más bella y deseada historia empieza; y esta noche, la más celebrada noche, dividió la historia del mundo, marcando un antes y un después para la humanidad. Esta noche supone un cambio radical: antes de Jesús sólo un pueblo conocía las promesas de la esperanza; después de Jesús todos los pueblos pueden tener verdadera esperanza: el mal del pasado sería borrado y el futuro ya no sería más incierto.
Pero, ¿no será todo esto una locura? ¿Qué Dios es este que se rebaja y se humilla, al punto de hacerse criatura para identificarse con los humanos, que son menores que Él? ¿Por qué el que vive en la eternidad, más allá del tiempo y del espacio, entra en la finita historia humana? Cuando lo pienso, "amor" y "misericordia" son las palabras que me surgen en la mente. Por amor creó Dios a los humanos, por amor se hizo uno de ellos para rescatarlos de su mayor problema: el pecado.
Treinta y tres años después de este milagro, las profecías se seguirían cumpliendo. Estas decían que el Mesías entregaría Su propia vida por el bien de la humanidad.
Los mismos que le habían estado esperando, le entregaron a la muerte. Pero, paradójicamente, esa muerte fue un acto voluntario. El esperado Rey de los judíos eligió salvar a su pueblo y a toda la humanidad por medio de su muerte. Jesús, el Hijo puro y sin mancha de Dios, derramó Su sangre para que nosotros fuéramos librados del pecado. En verdad, nuestro pecado —nuestra rebeldía hacia Dios, todo lo que hacemos de malo— fue la causa de la muerte del hombre más puro que jamás haya existido. El que nunca pecó, el que es la luz del mundo, cargó con el pecado de todos nosotros para liberarnos del infierno y darnos el perdón inmerecido pero gratuito.
En la cruz Jesús murió para vencer al pecado, pero tres días después de su muerte, las mujeres que habían sido sus discípulas llegaron a la tumba, llorando y hablando de lo horrible que había sido ver Jesús morir, y levantando la vista, vieron que Él ya no estaba allí. En vez de Jesús había un ángel, y este ángel les dijo que Aquél al que buscaban no estaba muerto, sino que ¡había resucitado, había vuelto a la vida! Así el Hijo de Dios venció a la muerte, venció a la muerte final que es el infierno mismo, proclamándose Soberano sobre ella. Y gracias a esta victoria tenemos la esperanza de que nosotros tampoco moriremos para siempre, sino que tendremos vida eterna con Jesús, finalmente libres de todo mal e injusticia. Esta es la gran noticia del evangelio: que en Jesús —y sólo en Jesús— tenemos la Salvación, pero sólo por la fe la podemos recibir. Esto es lo único que tienes que hacer: creer en Dios, creer en Su amor; nada de lo que hagas, ninguna obra, ningún acto de generosidad, ningún acto heroico, te podrá salvar de ti mismo, de las consecuencias del daño que te haces y del daño que haces a los demás. Nunca serás lo suficientemente bueno, pero en su misericordia, Dios te acepta tal y como eres si tan sólo crees en Él.


Esta es la historia de Dios, esta es nuestra historia: la fe, la esperanza y el amor son la base de nuestra vida con Cristo y Él es el que da sentido a cada día, semana, mes y año de nuestras existencias. Para los cristianos, sin Cristo todo es vano, pero con Cristo tenemos un propósito que va más allá de nosotros mismos y de esta vida.

segunda-feira, 1 de outubro de 2012

EN BUSCA DE UN HÉROE: BATMAN


EN BUSCA DE UN HÉROE: BATMAN

El mes pasado he ido al cine para ver la última película de Batman: El Caballero oscuro. La película me encantó, está muy bien conseguida, los actores son fantásticos, y me he enamorado de la banda sonora. Pero si la historia no fuera buena, si el contenido no nos hiciera pensar, todo lo demás no valdría de nada — al menos para mí — y sería sólo una película comercial más (que lo es, claro); es puro entretenimiento, pero es más que eso. Mucho más.

Batman es el héroe, es el que lucha, el que salva. Pero, al contrario de otros héroes, no tiene súper poderes, no es de acero, y su atuendo no es de hierro; es el más humano de todos, incluso más que Spiderman, con sus telarañas. Y Bruce Wayne es el hombre tras la máscara (eso sí,), el hombre que se fue, pero que para el bien de su ciudad, Gotham, vuelve a luchar.

Pero por mucho que luche, por mucho que lo dé todo, la gente, en su ignorancia, sigue creyendo que él es el malo, no reconociendo en él el único que los puede ayudar.
Batman usa una máscara, no sólo para no ser reconocido, sino porque, según él, cualquiera puede ser Batman. Pero eso no es verdad, ni en la película, ni mucho menos en la vida real; sólo Batman pudo haber hecho lo que él hizo, nadie más sería capaz, nadie más lo fue; y, desde luego, nadie, o casi nadie sabe lo que pasó de verdad.

Lo mismo pasa con Jesús: mucho le vieron, muchos le conocieron, pero muchos también pensaban que él era el malo, le acusaron de crímenes que no cometió, y fue juzgado por ello. Jesús se sacrificó, dio su vida en la cruz para salvar a la humanidad, pero Él murió de verdad. El problema es que, tal como pasa en la película, hay personas, muchas, demasiadas, que no saben que ¡JESÚS ESTÁ VIVO! Sí, vivo, porque resucitó, y eso para que nosotros pudiéramos vivir. Y lo hizo,  no porque tuviera súper poderes, sino porque el poder que le resucitó fue el poder de Su Padre, de nuestro Padre Celestial, y lo hizo por amor. Ningún otro ser humano hubiera hecho lo que este Hombre, que ni la muerte contuvo, hizo.

Jesús dijo en Mateo 17:22-23: «El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres  y lo matarán, pero al tercer día resucitará»

Sí, Batman se sacrificó para salvar una ciudad, pero Jesucristo se sacrificó por todo el mundo, y el hecho de que ese mismo mundo no lo reconozca, no cambia que esté vivo. Esa es la esperanza de los cristianos, que nuestra Roca, nuestro Salvador y Señor está vivo, venció a la muerte, y nosotros, al reconocerLo como Quien es y al entregarnos a Él, estamos vivos con, en y por Él. Vivimos hoy y viviremos eternamente gracias a Cristo, gracias a lo que hizo en aquella cruz.

De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

Hubo escenas en la película que me emocionaron, pero no de alegría, como cuando el policía no deja que el autobús lleno de niños y adolescentes pase por el puente para salir de Gotham: otra vez, actuando a través de la ignorancia, se pone en peligro vidas inocentes. No sería la primera vez que seres humanos actuaran de forma inhumana. Ojalá todos fuéramos más humanos, más como Jesús en Su humanidad; no somos héroes, no somos Dios, pero somos Sus criaturas, y como tal deberíamos ser menos egoístas, indiferentes, deberíamos practicar más lo que predicamos: el Amor; deberíamos amarnos más los unos a los otros, ser capaces de hacer sacrificios por los demás.

Jesús dijo:"Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos." Juan 15:13

No significa esto que tengamos que morir literalmente por nadie — aunque podría pasar—, sino que debemos tener en cuenta a los demás, no pensar sólo en nosotros; y debemos también amar  a las personas como son, y ser capaces de sacrificarnos de acorde a ese amor. Eso fue lo que Jesús hizo, ¡morir por los que ama!

Este es un artículo de Protestante Digital sobre "Dios en las calles de Gotham". Si podéis, leedlo, está muy bien escrito. 

http://www.protestantedigital.com/ES/Blogs/articulo/3569/Dios-en-las-calles-de-gotham-batman

segunda-feira, 7 de maio de 2012

Prayer

Fill us with Your joy, Your peace, Your love, Your life, Your Holy Spirit/ Please, Lord, touch our hearts, our souls/ Don’t let us go/ Stay with us forever/ Don’t leave us, don’t turn back, look at us, at our sorrows and fill us with Your Presence/ Be our strength, our confidence, our fortress/ Heal us, heal us, heal us, Lord/ Save our souls from the death, from the evil of the world/ And from the evil inside us…/ Free our minds and our hearts/ Please, My Lord, please Jesus, do it, do it because of your Love!

domingo, 1 de abril de 2012

Relación vs. religión

Relación: Conexión, correspondencia, trato, comunicación de alguien con otra persona; Trato de carácter amoroso.

Religión: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

En una religión tienes que cumplir ciertos preceptos, ciertas reglas, ciertos rituales. Tienes una rutina, e no sales de ella. Las haces casi sin pensar, mecánicamente, automáticamente cuando llega el momento de hacerlas. Y es siempre todo igual, nada cambia.Pero eso NO es lo que Dios quiere de nosotros; Él no
quiere que caminemos sin saber hacia dónde vamos, Él no quiere que hagamos las cosas sin saber para qué las hacemos.

Dios no quiere que nos quedemos estancados, siempre iguales, siempre en el
mismo lugar. Lo que Dios quiere de nosotros es una relación de amor mutuo. Nuestro Padre Celestial quiere conectar con nosotros, quiere conocernos, quiere estar con nosotros , vivir en nosotros, estar ligado a nosotros.
Dios habla con nosotros y quiere que hablemos con Él (oración). Quiere enseñarnos y mostrarnos quien es Él y a través de la lectura de la Biblia eso es posible.
En una relación las dos personas se aman mutuamente y quieren agradar al otro. En una relación verdadera y profunda las personas se conocen. En una relación se da y se recibe. En una relación las personas se entregan. En una relación saludable los días no son todos iguales, las cosas mejoran a cada día y cambian para bien, avanzan, evolucionan. Dios se entregó por ti. Entrégate tú por Él.

Lo más importante que existe para nosotros son las relaciones que tenemos con las personas: todas y cada una de las relaciones que tienes son importantes y hay una razón para cada una de ellas, hay una razón para que cada una de las personas que conoces está en tu vida ahora, en este momento. Importa cada conversación, cada momento, cada palabra, cada mirada, cada abrazo.
Ningún ritual, ningún acto podrá compararse a una aproximación sincera, amorosa y rica.
Estar con Dios, amarLo, conocerLo, relacionarnos con nuestro Padre, eso es lo que hace que los cristianos sean lo que son: Hijos de Dios.
Piensa en la relación que tienes (o se supone que tienes) con tu padre. Tu relación con el Padre Eterno tiene que ultrapasar eso, tiene que ser más fuerte, tiene que llenarte de una forma total.

Nadie, nadie, ni siquiera tus padres, ni tus mejores amigos, te ama más que tu Padre, Dios, que te amó y quiso conocerte y tener una relación contigo incluso antes de que nacieras, incluso antes de haberte creado.
No es fantástico saber que hay alguien superior a ti, perfecto, maravilloso, amoroso, lleno de Gracia, que te ama por encima de todo, que mira por ti, que cree que eres precioso, independientemente de tus fallos?
Sólo Dios es así.

Ser religioso no te llena, no te salva, no te lleva a la verdad, no deja que tengas
la mejor conexión, la más grandiosa y bendita comunión que podrías tener durante toda tu vida.
Nadie te puede ni podrá dar lo que Dios te da espiritualmente, emocionalmente,
personalmente. Nadie te quiere tanto como Dios.

Yo lo sé porque yo siento el amor de Dios, porque yo tengo una relación con Dios, y tenerlo en mi vida, tener el conocimiento de Él, amarlo y ser amada, recibir su bendición es lo mejor que tengo y es lo único que realmente importa. Sin Dios nada vale la pena; sin Dios nada tiene sentido.

Dios te busca desde el momento en que pensó en ti por primera vez, o sea, incluso
antes de haberte creado.
Una relación no existe se una de las personas no quiere. Bien, Dios SIEMPRE quiere esa relación, pero eres tú quien elige ir o no al encuentro del Señor. Si el Señor quisiera autómatas y robots, y no personas sinceras que Le amasen en verdad, hubiera creado seres sin personalidad, sin capacidad de elección, y así todos Lo amaríamos. Pero ese amor no sería genuino, sino impuesto. Dios no impone, sólo quiere que elijas lo mejor para ti, y lo mejor para ti es tener una relación con el Creador.

Tenemos que buscarlo para encontrarlo, pero Él vino a nosotros, Él nos buscó primero. Jesús se dio en SACRIFICIO para que Lo podamos conocer, para que lleguemos al Padre a través de Él.

quarta-feira, 22 de fevereiro de 2012

DIOS Y YO

¿Por qué soy cristiana?

A esta pregunta no podemos simplemente contestar “porque sí”, o “porque mis padres lo son” (si es el caso). No se es cristiano por tradición, o por costumbre; no se va a la iglesia (sea cual sea) por rutina; o por lo menos no debería ser así.
Soy cristiana porque acredito en lo que creo.
Es decir: para mí ES VERDAD aquello en lo que creo; no es simplemente algo que yo creo que es verdad, sé que es verdad.
No pretendo tener la verdad o ser prepotente.
El que tiene la verdad no soy yo, es Dios.
Él tiene la verdad porque Él es la verdad.

¿Qué verdad es esa?

La verdad es que Dios es real, que Dios es Amor, que existe una salvación y un Salvador.

¿Cómo sé que es verdad?

Dios me ama. Siento ese amor. Es real, es grande, es verdadero. No es fruto de mi imaginación.
Dios me ama más que nadie y de una forma en la que nadie jamás lo hará.
Yo Le amo. Le adoro. Quiero estar con Dios todos los días; quiero aprender de Él cada vez más; quiero ser suya para siempre; quiero tenerlo en mí cada vez más.

Los que conocemos a Dios queremos entregarnos a Él, queremos vivir con, por y para Él. Y queremos hacerlo por medio de nuestra FE y AMOR por Jesús, quien murió por nosotros en la cruz, para limpiarnos, perdonarnos, salvarnos, para que viviéramos con Él para siempre.

Soy cristiana porque Jesús me ama y ama tanto a la humanidad, que quiere que TODOS sean suyos, sean salvados.
Soy cristiana porque amo a mí Redentor.
Soy cristiana porque para mí tiene sentido
Soy cristiana porque no hay nadie como mi Padre: perfecto, bueno, justo, paciente, imparcial, misericordioso, amoroso, amigo.
Es el único que me ama incondicionalmente y a pesar de mis pecados; es el único que perdona todos los pecados y se olvida de ellos. Jamás me recordará todo lo que fui o hice mal.
Dios es la única persona que jamás te fallará, que nunca te mentirá, que nunca te dejará, es el único que es ¡ETERNAMENTE FIEL!

Soy cristiana porque confío en mí Señor y en Él espero.